Todas las mañanas entraban los dos con botas, batas y redecillas para el pelo, porque querían la mejor calidad del mundo; y a sus gallinas no les faltaba ni una vacuna, cada una tenía por lo menos tres. No querían ningún microbio en su preciado gallinero, ya que el otro estaba destartalado y con comida de gallinas por todos los lados. Era, simplemente, un asco.
Un día, Pepe Tortillo le dio por mirar el contador de huevos de gallina, y por supuesto el contador era super inteligente, ya que era un ordenador de última generación y con su pizarra digital de lo más nuevo del mundo. Después de darse largos paseos, vio que habían solamente novecientos noventa y nueve huevos. Pepe se enfadó porque le faltaba un huevo. Pepa no le dio importancia, pero antes de que dijera nada, Pepe cogió su ordenador y vio qué número no había puesto huevo. Fue la pillina de la quinientos cinco.
Pepe, con sus manazas, no pudo cogerla, porque las jaulas eran con barrotes demasiados juntos y la gallina era demasiado pequeña. Sin darse cuenta, la gallina quinientos cinco se coló por el agujero de donde salían lo huevos a la cinta, donde ponían los huevos en las cajas.
Al final, la gallina...
Si quieres saber más, leer es lo que tienes que hacer.
Os recomiendo este libro, sobre todo, que no es muy visto, pero sí muy divertido.
