
Érase una vez que, en una casa, vivía una niña llamada Celia.
Celia era una niña pobre, de buen rostro, simpática y agradable. Celia vestía un vestido azul y zapatos rojos. Su pelo era de color castaño y era muy lista.
Un día, Celia estaba jugando a la comba. De repente, cuando saltó, pisó una cuerda y se quedó atada en el árbol. Ella gritaba:
-¡Socorro, socorro, que alguien me ayude! - Nadie la escuchó.
Celia se puso roja estando bocabajo. Entonces se puso a sollozar porque no tenía una madre que le ayudara. Por eso se las tuvo que arreglar ella sola. Sin querer se dio con un tronco y el árbol fue bajando hasta que Celia se libró de la trampa.
Celia cortó la cuerda y se fue corriendo para no caer en ninguna otra trampa.
La niña decidió estar más atenta y colorín colorete, de la chimenea sale un cohete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.