jueves, 26 de mayo de 2016

Carta desde ninguna parte

Un día, a un niño llamado Guille, le trajeron una carta. Guille creía que no era para él, así que la devolvió.

Al día siguiente volvió la misma carta a casa de Guille y supo que era para él. Observó bien la carta y vio que le faltaban sellos, así que acudió a Carmen.

Carmen dijo que, para conseguir los sellos, tenían que viajar en el tiempo, y que tenían pistas de dónde estaban los sellos.

Primero fueron a la Era de los dinosaurios. Después fueron a un partido de fútbol donde el sello estaba en la Copa. Otro en el famoso cuadro de las Meninas, donde se tuvieron que meter en un jarrón. Luego en el espacio, más tarde en la Historia, en la gran cocina de Ferrán Adriá, en una pirámide y por último, en un árbol que había crecido por plantar otros sellos.

Ya que encontraron todos los sellos, pusieron un matasellos y Carmen le dio su libro de sellos.

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