
Un día, el Señor Pringoso exploró los corazones de vaca, para ver cómo olían y muchas cosas más sobre ellos.
También, paseando vio a una niña sentada al lado de un seto, y decidió escuchar lo que decía.
Una niña, que tenía un nombre muy largoooo.
Pero si era su amigo, sólo le tenía que llamar Puri, y si no, cada vez tenía que decir su nombre, cuando viera la palabra Puri.
Y SI QUEREIS SABER MÁS, A COGER EL LIBRO Y A LEER.
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