lunes, 12 de junio de 2017

EL GRAN BROMISTA

 Érase una vez un niño llamado Bart, que hacía muchas bromas pesadas en todos sitios y a todas horas.

 Ya los niños de su clase no se querían sentar a su lado, para no sufrir sus bromas.

  Un día, Bart se trajo unos polvos pica-pica para echárselos a sus amigos en los ojos.

  Como el profesor estaba explicando no los podía echar, ya que si se los veía se los iba a quitar. Cuando el profesor se dio la vuelta, abrió la cajita de los polvos y los echó, pero en ese momento entró una ráfaga de aire.

  Entonces los polvos se le volvieron a él, metiéndosele en la nariz y en los ojos. Empezó a estornudar mucho. Los compañeros de clase, cuando se dieron cuenta, se rieron de él y el profesor lo castigó una semana sin recreo.

  Desde ese día, Bart aprendió la lección, ya que le molestó que no le saliera bien la broma y no volvió a hacer más bromas.

 Y SI QUEREIS SABER MÁS, LEER ES LO QUE TENÉIS QUE HACER

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