martes, 20 de junio de 2017

VERANO, DULCE VERANO

Esto era una vez un niño al que no le gustaba el verano, porque decía que sudaba y se mojaba. Su madre le decía que el verano era para eso, para mojarse y sudar.

Pero Diego, que era como se llamaba el niño, no le hacía caso. Sólo estaba en su casa con el aire acondicionado, porque decía que era lo único que refrescaba y la manera de no mojarse en la piscina o en la playa.

Un día hizo mucho calor. Llegó hasta los 46 grados, y la madre de Diego decidió ir a la playa, pero no podía ir porque si no Diego se quedaría solo. Su madre le regañó porque ellos nunca tenían unas vacaciones normales como toda la gente, pero Diego seguía en casa.

Al día siguiente se rompió el aire acondicionado y Diego se quedó sin aire fresquito. Después de unos minutos empezó a sudar y a sentir muchísima calor. Así que él solito le dijo a su madre que lo llevara a la playa porque hacía tanto calor que ni siquiera lo soportaba.


 Diego, cuando fue a la playa, notó que no era tan malo mojarse. Entonces se arrepintió de no ir todos los veranos a la playa a divertirse.
Y le pidió perdón a su madre.

FIN

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