Pero Diego, que era como se llamaba el niño, no le hacía caso. Sólo estaba en su casa con el aire acondicionado, porque decía que era lo único que refrescaba y la manera de no mojarse en la piscina o en la playa.

Al día siguiente se rompió el aire acondicionado y Diego se quedó sin aire fresquito. Después de unos minutos empezó a sudar y a sentir muchísima calor. Así que él solito le dijo a su madre que lo llevara a la playa porque hacía tanto calor que ni siquiera lo soportaba.

Diego, cuando fue a la playa, notó que no era tan malo mojarse. Entonces se arrepintió de no ir todos los veranos a la playa a divertirse.
Y le pidió perdón a su madre.
FIN
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