Un día vi en las noticias a una niña hermosísima llamada Jeanne. Jeanne es una niña de once años, alta, delgada, de cabello rubio, ojos resplandecientes y puros como un lago cristalino y labios rosados como el pétalo de una rosa.
Jeanne viste moderna, de vaqueros ajustados y una camiseta rosa palo de volantes. Ella no suele llevar joyas, excepto su colgante más preciado, valorado ni más ni menos que en cien millones de euros.
Jeanne es muy amable, siempre comparte y no vacila de sus riquezas. Tiene muchos puntos fuertes y nunca se mete con nadie. Es responsable y justa. Suele ser muy graciosa, pero la verdad es que me da un poco de pena. Nunca le dejan en paz sus paparazzis y apenas tiene tiempo de jugar o relacionarse con los demás.
Si algún día puedo verla, le diré que he escrito sobre ella.
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