Lolo era muy hablador, y no paraba de hablar. Era muy listo, gracioso y un poco vergonzoso. Era bajito, con cinco años, un poquito regordete y bastante alegre.
Iba tan tranquilo, volando, cuando, de repente, cayó en una trampa de humanos. No pudo escapar y un humano se lo llevó a su casa. Su casa estaba llena de basuras y Lolo no podía respirar.
Sus amigos los pájaros, le vieron, e hicieron un plan. Unos pocos intentaban sacar a Lolo de la jaula y otros pocos despistaban al humano.
Desde ese día, Lolo no volvió a salir solo nunca más porque el mundo está lleno de peligros. Nunca hay que matar animales porque son seres vivos como nosotros.
Este cuento se ha acabado. Si quieres que te lo cuente otra vez, cierra los ojos y cuenta hasta tres.
Este cuento se ha acabado. Si quieres que te lo cuente otra vez, cierra los ojos y cuenta hasta tres.
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