A la jirafa Fita le encantaban los niños. Era tan buena que les dejaba que se pasearan encima de su espalda. Fita era delgada y grande, con unos grandes lunares. Era encantadora y feliz.
En ese mismo instante un cazador la cazó y dijo:
-¡Al final te cacé!
Fita estaba preocupada y nerviosa. No tenía a nadie.
Al instante vio a un hipopótamo que se llamaba Vicente Van Coco y se escaparon. En todo aquel camino se conocieron y se enamoraron. Aunque tardaron días y días, no se separaron.

Cuando llegaron, se casaron y aquí termina este cuento, como me lo contaron te lo cuento.

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