
Cuentan que cuentan que me han contado, que una niña llamada Raquel, era muy traviesa y nunca se estaba quieta.
Raquel era una niña inteligente, guapa, de cabello largo y ojos azules.
El deseo de Raquel era tener un hámster, pero sus padres siempre respondían: -No, son demasiado caros.
Al cabo de una semana, Raquel lo repetía una y otra vez.
Los padres, ya cansados de escuchar siempre lo mismo, se lo compraron, pero con la condición de controlar su carácter.
Raquel, al final siempre controlaba su carácter.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado. Si quieres que te lo cuente otra vez, cierra los ojos y cuenta hasta tres.
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