Guille, junto con todos sus amigos, van a buscar a Carmen, una experta en Filatelia. Carmen les dice que hay unos huecos que estaban matasellados, pero el problema es que no se podía enviar, porque no había sellos.
Tuvieron que viajar en el tiempo e ir a la Era de los dinosaurios. El sello estaba encima de una piedra, muy difícil de escalar, y encima, en la boca de su perro. De repente estaban en el campo. Tenían que jugar un partido de fútbol, pero lo peor es que tenían que ganar porque el siguiente sello estaba pegado a la copa. De repente, Iniesta hizo un gran gol y al final ganaron. Al rato, se transportaron al cuadro de Picaso. El siguiente sello estaba en un jarrón muy hondo, pero entre todos consiguieron cogerlo. Después fueron al espacio y, muy arriesgado, cogieron el siguiente sello. De golpe fueron a las cuevas de los prehistóricos, pintaron en las paredes y encontraron el sello. Al cabo de segundos aparecieron en las cocinas con, nada más y nada menos que, con Ferrán Adriá. Con él consiguieron un sello más. Dieron la vuelta al mundo y en Perú encontraron el penúltimo sello.
¡Al fin encontraron todos los sellos! Y Carmen les enseñó a todos su colección de sellos.
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