La lluvia.
En un pequeño lugar desconocido por los mapas mundiales existía un pueblecito.
Ese pequeño pueblo, conocido como Gota, resultaba muy acogedor y era realmente como para una vida tranquila y normal.
Pero..... ese lugar era diferente a los demás, ya que apenas llovía y eso resultaba un gran problema. Todos los habitantes se empezaron a marchar debido a la falta de hortalizas, agua......¡Todo se empezaba a secar! Tenían que hacer algo rápido y ¡ya!.
Un día, los habitantes divisaron signos de tormenta y decidieron no quitarle el ojo, pues la debían aprovechar al máximo. Pero empezaba a resultar eterno, pasaban horas y horas y nada.
Tres semanas después, empezaron a brotar algunas gotas del chispeante cielo
.
Pero cuando pensaban que el problema había acabado, ahora tenían otro peor ¡todo estaba inundado!.
Necesitaban dar con una solución de inmediato. Cuando, de repente, el viejo sabio anunció que podrían inventar un artilugio para calibrar la lluvia sin pasarse. Muchos lo intentaron, pero nada. Tres meses después, un joven se hartó y propuso cavar un pantano alejado de la ciudad. Nadie se opuso. Y así fue, trabajaron sin descanso intentando darse prisa antes de otro pueblo y algunas alianzas cercanas. ¡Todo se había arreglado!
. Por fin lo consiguieron, dando uso de la ayuda de el pueblo y de algunas alianzas cercanas. Ahora solo faltaba relajarse y volver a la rutina. ¡Qué alivio!, y como dice San Fermín, este cuento llegó a su...
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